El Romanticismo

El Romanticismo

jueves, 24 de enero de 2013

Pasión de Manuel M. Flores.


Pasión

¡Háblame! Que tu voz, eco del cielo,
sobre la tierra por doquier me siga...
con tal de oír tu voz, nada me importa
que el desdén en tu labio me maldiga.


¡Mírame!... Tus miradas me quemaron, 
y tengo sed de ese mirar, eterno...
por ver tus ojos, que se abrase mi alma
de esa mirada en el celeste infierno.



¡Ámame!... Nada soy... pero tu diestra
sobre mi frente pálida un instante,
puede hacer del esclavo arrodillado
el hombre rey de corazón gigante.

Manuel M. Flores

ANÁLISIS DEL POEMA

En este poema podemos observar el claro ejemplo del corazón sobre la razón, tal como lo describe el autor cuando expresa que nada es más importante que el fuerte sentimiento por aquella mujer. Observamos también la exaltación de Yo, cuando lo que es prioritario el amor que el autor profesa por ella, que el rechazo que en determinado momento ella pueda expresar; en ello también observamos que el autor sufre,  el sufrimiento es causado por ella, y ella precisamente es la única que puede calamar su dolor, siendo capaz de transformarlo por completo, y esto es de pleno conocimiento del autor.
Tenemos contrastes típicos del romanticismo, cuando se refiere a “celestial infierno” .
Como el titulo lo dice este poema expresa un sentimiento que es fuerte, es desesperado y lo origina una sola persona.

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